Causas
Los volcanes son puntos de la corteza terrestre donde se producen rupturas que provocan la erupción de lava, cenizas, rocas y gas durante la actividad sísmica. Por lo general, se encuentran a lo largo de los bordes de las placas tectónicas de la litosfera. Los cambios de presión y densidad dentro de la cámara de magma debajo de un volcán pueden obligar a que la lava y las rocas de menor densidad se eleven, a veces de manera explosiva. Más del 75% de los volcanes activos están situados en el “Cinturón de Fuego” del Pacífico, una región conocida por su alta actividad geológica debido al encuentro de placas tectónicas.
Consecuencias
Los volcanes en tierra representan un peligro importante para la vida, especialmente cuando se encuentran cerca de zonas habitadas. El famoso ejemplo del Monte Vesubio en Italia ilustra este riesgo; destruyó dos ciudades hace miles de años y todavía hoy representa una amenaza para millones de residentes cercanos. Las amenazas físicas inmediatas de una erupción incluyen la destrucción causada por la lava y las rocas, pero los gases volcánicos, como el dióxido de azufre, presentan riesgos respiratorios. Las cenizas de las erupciones pueden viajar kilómetros, impulsadas por el viento, creando riesgos respiratorios y representando un peligro para los aviones, ya que las partículas finas de ceniza pueden dañar los equipos.
Clasificación
Los volcanes se clasifican en activos, inactivos o extintos según sus niveles de actividad. Determinar el estado de actividad puede ser un desafío, ya que un volcán podría estar activo debajo de la superficie sin signos visibles. Los registros históricos desempeñan un papel clave; los volcanes que han entrado en erupción recientemente tienen más probabilidades de volver a hacerlo, aunque los intervalos entre erupciones pueden durar años o siglos.
Datos satelitales
Los satélites son cruciales para observar volcanes activos, capturar imágenes ópticas y de radar de las erupciones y evaluar los daños causados por la lava y las rocas. El seguimiento de la columna de ceniza ayuda a identificar si hay personas en riesgo en su camino. Debido a las peligrosas condiciones de una erupción, los datos satelitales pueden proporcionar las primeras observaciones del área afectada, ya que puede no ser segura para las aeronaves o el tráfico terrestre. Los datos de radar también respaldan estudios a largo plazo al monitorear el movimiento del suelo que puede indicar una próxima actividad sísmica que conduzca a posibles erupciones.