La tormenta que los días 5 y 6 de diciembre azotó el reino Unido, incluyendo Escocia, el norte de Gales y la costa este de Inglaterra, ha provocado las mareas más importantes de los últimos 60 años.

En la costa este de Inglatera, la crecida del agua provocó la inundación de unas 1.400 casas y el nivel del agua del mar alcanzó cifras record en numerosas localidades. En algunos lugares, los niveles superaron los alcanzados en las terribles inundaciones de 1953. El impacto en las zonas inundadas es devastador.

La Agencia Medioambiental avisó de la situación de peligro a más de 160.000 hogares y negocios, dándoles tiempo a tomar medidas para reducir el impacto de las inundaciones y evitar una catástrofe. Las inundaciones fueron frenadas por los 2.800 kilómetros de muros de contención, diques, y otros sistemas anti-inundación, que hay situados a lo largo de la costa inglesa, estos sistemas y los estuarios, protegieron de las inundaciones a más de 800.000 hogares.