Las lluvias torrenciales entre el 28 y 30 de octubre han causado grandes inundaciones en el este de Iraq.

El primer ministro del país ha declarado el estado de emergencia tras las inundaciones.

En algunas áreas, incluyendo Baghdad, la capital, la lluvia ha desbordado los sistemas de drenaje, provocando que las aguas residuales broten por las calles. Muchos hogares y otras estructuras, incluyendo hospitales se han inundado con las aguas y aguas residuales. Algunos informes indican que han muerto siete personas en las inundaciones.

Las inundaciones también han afectado a los sistemas eléctricos y se ha informado del fallecimiento de 58 personas debido a descargas eléctricas.

Además, miles de refugiados desplazados por la guerra también han sido afectados por las inundaciones, ya que aguas fangosas se han introducido en sus campamentos.